Rápidamente se hizo muy popular la idea de que las aves de la actualidad son una versión miniatura y evolucionada de los dinosaurios, así que causa una gran fascinación que estas increíbles criaturas antiguas sigan pisando (y surcando los cielos) todavía junto con nosotros.
Pero poco se habla de aquellas criaturas que vivieron junto con los dinosaurios y que todavía guardan un gran parentesco con sus antepasados. Así que, si queremos ver a una verdadera criatura prehistórica en vivo y a todo color, deberíamos prestarles más atención a los cocodrilos.
¡Así es! Se dice que los cocodrilos aparecieron en este mundo junto con los dinosaurios, salvo que estos lograron sobrevivir a la gran catástrofe que extinguió a los titánicos, razón por la cual aún se mantienen casi fieles a su aspecto antiguo.
Desde luego, tampoco podemos olvidar a los caimanes que son muy similares excepto por su tamaño corporal y la forma de su hocico, entre otros detalles que son visibles para alguien de ojo experimentado.
Mambawakale Ruhuhu: El fósil de cocodrilo más antiguo que nos mostró cómo eran en la prehistoria
Bueno, debemos aclarar que en sí, el cocodrilo es una criatura antigua pero no es una copia exacta a su ancestro más antiguo conocido que data de hace 240 millones de años. De hecho, se trata de un antecesor en común, cuyos restos se encontraron en Tanzania.
Sus huesos fosilizados nos muestran que esta criatura tenía una mandíbula que medía 60 centímetros de largos. A comparación de los dientes en forma de pico del cocodrilo, este antecesor tenía colmillos curvados y con forma de sierras que permitía desgarrar la carne de sus presas.
Fue bautizado como Mambawakale Ruhuhu, que en idioma natal de Tanzania significa “cocodrilo antiguo”, restos que no han sido descubiertos hace poco, de hecho fueron rescatados en 1963 cuando se realizaba una expedición de la Universidad de Londres y Edimburgo, así como el Museo de Uganda y Sudáfrica.
Debido a que los pobladores de Tanzanos fueron los que guiaron al equipo de investigadores, se dice que posiblemente un poblador fue el que lo descubrió por primera vez, en la excavación que se realizó en la Formación Manda donde había un yacimiento paleontológico.
Según los estudios realizados al fósil, se estima que esta criatura vivió en un rango comprendido entre hace 242 y 247 millones de años, por lo que naturalmente obtuvieron restos bastante dañados de los que apenas se podía ver sus características.
Lo que rescataron solo fue una porción del cráneo con algunos dientes apenas conservados, además de algunas vértebras y lo que parece una extremidad que fueron recolectados delicadamente para enviarlos al Museo de Historia Natural de Londres por Alan Charig y John Weaver, paleontólogos que catalogaron a la criatura como “Pallisteria angustimentum”, aunque no de forma oficial.
Reviven el caso del cocodrilo más antiguo para estudiarlo con la tecnología actual
En 1963 cuando fue descubierto y recolectado, poco se pudo averiguar salvo por su edad y características que eran evidentes a simple vista, por eso, sesenta años más tarde han decidido volver a estudiar este fósil, esta vez con tecnología más actualizada.
El Museo Nacional de Londres junto con la Universidad de Birmingham y el Tecnológico de Virginia han utilizado reconstrucción digital del cráneo para poder catalogarlo adecuadamente y ubicarlo dentro del árbol genealógico del cocodrilo.
Fue así como los expertos utilizaron el puñado de piezas del fósil, crearon una imagen con tomografía computarizada y captaron hasta los detalles más minúsculos y ocultos que no pueden ser percibidos a simple vista o sin manipularlo, poniéndolo en riesgo.
Gracias a la imagen computarizada el fósil puede ser examinado sin peligros, encontrando con sorpresa que la cabeza de este antecesor era más grande y poderosa que un cocodrilo que ya es bastante impactante.
Además, se dice que “Mambawakale Ruhuhu” no poseía habilidades acuáticas, por lo que esta característica delos cocodrilos es claramente evolutiva. En cambio, el antiguo poseía patas más largas para caminar mejor, y posiblemente tenía una cola bastante extensa que utilizaba como látigo para atacar a sus presas que podía atrapar de forma mortal con sus fauces.
Además, gracias a este análisis pudieron ubicarlo en un grupo de dinosaurios denominados arcosaurios, los antepasados más antiguos de los dinosaurios que conocemos por los filmes de Jurassic Park, y que ahora solo los podemos encontrar en los cocodrilos y las aves. Simplemente increíble.