Las primeras latas de metal que en la actualidad utilizamos para conservar y distribuir mejor los alimentos hicieron su aparición justo después de 1810 cuando fue patentado por el mercader británico Peter Durand.
Si bien, su propósito siempre fue brindar una forma experimental de conservar los alimentos, quien le diera un uso comercial a gran escala por Bryan Donkin y John Hall abriendo su primera fábrica de latas, la utilizaban para guardar pólvora, aguarrás y semillas.
Para el siglo X, finalmente fue utilizada para distribuir refrescos, carne y otros tipos de alimentos, pero siempre fue un calvario abrir las dichosas latas ya que se necesitaba de una herramienta externa llamada churchkey que era muy similar a una pesada y enorme llave de iglesia de la antigüedad.
Desde luego, abrir una lata con esta herramienta tomaba tiempo y esfuerzo, y era peor aun cuando los soldados o campistas olvidaban o perdían su abrelatas en medio de los bosques, incapaces de poder abrir sus provisiones.
No fue hasta 1959 que un granjero de Indiana llamado Ermal Fraze, harto de tener que depender de un abrelatas poco práctico y fácil de adquirir cuando más lo necesitas, pensó que debía de haber una mejor forma de abrir una lata.
Fue así como, gracias a su experiencia como dueño de una tienda de herramientas y troqueles, y sus contactos con las industrias, empezó a planear el primer abrelatas que jamás olvidarás en casa, pues estará adherido a la lata, y lo mejor de todo, está hecho con el mismo material que la lata, así que los fabricantes simplemente podrían ocupar sus sobrantes.
No solo un abrelatas, las anillas han ido evolucionando para ser más delgadas e incluso tener más de un propósito
Luego de estallar el capitalismo hasta tomar una fuerza como la que conocemos en la actualidad, los productos han ido evolucionando para rebajar costes de manufactura y así hacerlos más atractivos en el mercado no solo por su precio barato, también porque ofrecen nuevas formas de comodidad a las personas.
Es así como las anillas empezaron a aparecer en las latas de refrescos como la gran capitalista Coca Cola y diferentes marcas de cervezas, quienes han podido llegar a todo el mundo más rápidamente gracias a la comodidad que las anillas han traído.
Luego, los materiales de plástico hicieron su gran debut acaparando las industrias de todas las formas posibles hasta que hace unas décadas vimos por primera vez las pajillas de plástico que se utilizaban en cada restaurante de muchas partes del mundo.
Pronto, uno de los usos de las anillas se adaptó a esta nueva tendencia, siendo utilizado por algunos como porta pajillas para evitar que estas, gracias a los efectos del gas de las bebidas, empezaran a moverse por todos lados.
Aunque posiblemente esto es un hack más que el verdadero propósito por el que ha sido los anillos diseñados de esta manera. Otras personas aseguran que las anillas también mantienen el agujero donde bebemos más limpia que el resto de la lata que eventualmente es manipulada por muchas manos antes de llegar al consumidor.
Actualmente, más conscientes de la contaminación de los mares y suelos, algunas empresas han hecho lo posible por darle más de una vida a sus envases como lo hizo la empresa cervecera de Land & Sea que fabricó sus anillas con muescas fáciles de desprender para desarmar las anillas.
La idea de la empresa y cuyas instrucciones vienen impresas a un costado de la lata, es que la anilla se transforme en una práctica caña para pescar.
Pero si lo tuyo no es salir a la aventura y eres más de trabajar en el garaje de tu casa, entonces solo basta una búsqueda rápida en Google para ver los múltiples usos que se les puede dar, desde manualidades hasta hacks.
Podemos encontrar elegantes bolsos tipo cadena 100% hechas de anillas, e incluso pulseras y collares. Pero si eres más práctico, puedes hacer cajas flexibles de anillas para mantener tu taller bien organizado.
También resulta ser una percha de pared bastante útil que solo necesita un tornillo y un taladro para su instalación, y así ahorrarte cientos de euros con lo que cuestan en las tiendas fancy de decoraciones, ¿y tú qué uso les darías?