En la Gran Barrera de Arrecifes de Australia, podemos encontrar multitud de especies animales. Una sola pared de coral alberga una representación de la vida en la Tierra.
Los arrecifes coralinos se forman cuando colonias de plantas y animales marinos tropicales con esqueletos calcáreos crecen sobre generaciones anteriores. Estos seres configuran los entornos naturales más diversos y espectaculares.

La Gran Barrera de Arrecifes es la formación coralina más grande del mundo. Con la amplia y somera plataforma continental del nordeste de Australia, que proporciona una base ideal para el crecimiento. Este complejo de coral se extiende 260 kilómetros aguas adentro y su arco abarca más de 2.000 kilómetros desde el norte del continente hacia el sur. La Gran Barrera de Arrecifes cubre una extensión de unos 350.000 kilómetros cuadrados, mayor que la de Polonia.
La Gran Barrera Australiana está compuesta por unos 2.800 arrecifes independientes. Sólo algunas son autenticas barreras arrecifales, rompeolas que surgen cerca de la plataforma continental. En los mares tranquilos que hay tras este cordón, otros arrecifes en forma de círculo y de medialuna irregulares son conocidos como atolones. Otras formaciones más pequeñas, los parches arrecifales, están esparcidas por las zonas someras.
Los arrecifes costeros crecen a partir de la costa continental. Pero a menudo bordean las 618 islas continentales de la región, que durante la última glaciación fueron montañas y colinas a lo largo de la costa australiana, antes que los glaciares se derritieran y se elevase el nivel del mar. Además, existen unos 300 islotes arenosos, o cayos, formados sobre bancos de coral a partir de sedimentos arrecifales. A medida que los excrementos de las aves marinas cementan los granos y las plantas colonizadoras generan un suelo. Algunas de esas islas desiertas se transforman en bosques umbríos, mientras las tempestades convierten otras islas en montones de arena en movimiento.
El complejo de arrecifes e islas amortigua la agitación de los mares y permite la formación de praderas submarinas y manglares costeros. Estos atrapan sedimentos, almacenan nutrientes y sirven de criadero para los habitantes del arrecife. A esto se añaden los blandos fondos existentes entre los arrecifes y los montículos submarinos formados por Halimeda, un alga verde endurecida por el calcio.
Júntense estos hábitats con las claras aguas azul celeste que fluyen desde el mar de Coral y con las aguas parduscas cargadas de sedimentos que proceden del continente. Mézclense con corrientes, mareas diurnas y patrones climáticos estacionales. El resultado es la fórmula del ecosistema de la Gran Barrera de Arrecifes.
En la larga cadena, de la Gran Barrera de Arrecifes, se pueden identificar cuatro secciones principales. 1- la de Mackay/Capricorn en el sur -primer sector donde el agua se calienta lo suficiente como para favorecer el crecimiento del coral. 2- la CEntral. 3- la de Cairns. Y 4- la del Extremos Septentrional, que, al estar más cerca del ecuador, alberga las formas de vida más exuberantes.
Eastern Fields, un atolón que se halla fuera de la sección del Extremos Septentrional. Cerca del golfo de Papúa, a 320 kilómetros al este de la península de Cabo York. Esta primitiva tierra virgen marina representa una parte del Pacífico que hace unos 20 millones de años sembró de corales la plataforma continental, después que Australia se desplazara al norte, hacia los trópicos. Sus aguas son muy claras, con muchos tiburones: grandes blancos, tiburón tigre, tiburones grises y tiburones de punta plateada.

En la Gran Barrera de Arrrecifes, cada año se descubren nuevas especies de peces. En total ya hay casi 2.000, como 4.000 moluscos y un mínimo de 350 corales duros, más de 250 tipos de camarones, y 1.441 gusanos de 103 especies diferentes.
Numerosos peces de arrecife mudan de sexo al crecer, o cuando los cambios del entorno social activan unas hormonas que estimulan las características masculinas en detrimento de las femeninas, o viceversa. Cuando el tres colas hada macho que controla un harén desaparece, la hembra dominante puede comportarse como un macho en horas, y convertirse físicamente en macho a los pocos días.

Los arrecifes septentrionales forman una franja casi continua de unos 640 kilómetros. Cerca de Olinda Entrance, una angosta abertura de la barrera.
En 1975 casi toda la plataforma continental del nordeste del país fue declarada Parque Marino de la Gran Barrera de Arrecifes. El más extenso y uno de los primeros santuarios marinos nacionales del mundo. Creado para evitar la extracción petrolífera y minera en los arrecifes. La pesca deportiva, comercial y de arpón, y la recolección de peces y moluscos para acuarios están reguladas, e incluso en algunas áreas vedadas. Son zonas de investigación y refugio para especies en peligro, como los dugongos, mamíferos marinos emparentados con los manatíes. De las siete especies de tortugas marinas que existen en el planeta, seis se encuentran en la región de la Gran Barrera.
Muchas islas de la Gran Barrera están bajo la supervisión del Servicio de Parques y Vida Salvaje de Queensland. La isla Raine, es hoy una zona prohibida para la mayoría de los visitantes, con el fin de proteger la fauna salvaje que allí anida.
Los arrecifes de coral están acribillados de cavernas y grietas, una microtopografía que multiplica tanto la superficie total de la zona como la variedad de nichos disponibles. Aquí pasan el día los peces nocturnos y pernoctan los diurnos, y habita una gran variedad de ascidias, corales blancos, y esponjas carentes de esqueleto rígido. Las grietas más estrechas protegen a otras criaturas. Muchas de ellas, como algunas algas y esponjas demasiado frágiles, excavan sus propios túneles.
Los corales son en realidad carnívoros emparentados con las anémonas y las medusas. Como ellas, se sirven de tentáculos provistos de células venenosas para atrapar presas microscópicas. También pueden obtener alimento gracias a la capa mucosa que los cubre y absorber nutrientes directamente a través de la epidermis. A pesar de ello, hasta el 90% de su alimento procede de las algas marrones que se hospedan en sus tejidos, cuya densidad puede llegar a ser del orden de millones de algas en unos cuantos centímetros cuadrados de tejido. Las encimas de los corales hacen que las algas segreguen hidratos de carbono. Como contrapartida, las algas obtienen nitrógeno del material de desecho de los corales.
Casi el 90% del alimento de las tridacnas procede de esta misma alga simbionte. Los moluscos dejan crecer estas plantas microscópicas bajo paneles translúcidos, cultivándolas dentro de una especie de invernadero carnoso.
Las asociaciones son importantes en todo el arrecife. La mayor familia de peces marinos es la de los gobios, con mas de 2.000 especies en todo el mundo. Muchas de las especies tropicales comparten refugio con los camarones, encargados de mantener limpio el hogar mientras los gobios hacen de centinelas y avisan del peligro.

A unos 280 kilómetros al sur de Ferguson Reef entramos en la sección de Cairns, donde la Gran Barrera discurre más cerca de la costa continental, y llegamos a la isla Lizard.
Después de la sección Cairns. La zona más visitada de toda la Gran Barrera es el archipiélago de las Whitsunday, unas islas ubicadas en la sección Central, donde los arrecifes están más diseminados que en las secciones más septentrionales. Como se extiende cerca del continente sus aguas no son muy claras.

A 150 kilómetros de la costa, en el complejo de Swain Reefs de la sección Mackay/Capricorn, esta el cinturón de arrecifes más ancho de la Gran Barrera.

El reino del coral no es inmune a los cambios que se están produciendo en los ecosistemas terrestres. Los campos de cañas, otras tierras de cultivo y las construcciones a lo largo de la llanura costera de Queensland han reemplazado muchos humedales, que eran los filtros naturales del agua dulce procedente del continente. Esto, junto a las deforestaciones, el pastoreo excesivo del ganado y a las aguas residuales de ciudades, granjas e industrias situadas aguas arriba provocan la llegada de más sedimentos y nutrientes a la Gran Barrera. Desde la época colonial, la cantidad total se ha multiplicado por cuatro. Los corales pueden sobrevivir en aguas turbias, siempre y cuando las mareas y las corrientes barran los sedimentos de forma periódica, ya que son los nutrientes los que destruyen un arrecife. El nivel elevado de nitrógeno daña el crecimiento y la reproducción de los corales, al tiempo que fertiliza las algas que pueden asfixiar a sus vecinos.
Por ahora solo son porciones interiores del arrecife, lo que esta en peligro. Tanto las zonas más alejadas, como el arrecife externo goza todavía de buena salud. Sigamos haciendo que esto suceda, puesto que la Gran Barrera es un paraíso en el mar.