El rostro de James Howells inundó todos los sitios de noticias, revistas y diarios alrededor del mundo, luego de que él mismo se encargara de que su mensaje llegara hasta el rincón más lejano del continente.
Y es que el hombre ha descubierto ya muy tarde que pudo haber sido multimillonario con su adquisición de 7.500 bitcoins que había adquirido hace ya muchos años cuando el concepto era experimental y meramente una curiosidad de geeks tecnológicos, como en aquel entonces la credibilidad de las criptodivisas no era muy clara, decidió no resguardar el disco duro que lo contenían, terminando en el vertedero de basura.
Luego del alza impresionante de valor de las monedas digitales, para estas fechas hubiera tenido en su poder cerca de 5 millones de euros. Desesperado, se ha puesto a buscar desesperadamente su dispositivo en todos los vertederos y depósitos de basura posibles sin suerte.
Lo peor de todo es que el vertedero en el que cree que hay más posibilidades de encontrarlo, requiere de un permiso del ayuntamiento que le ha dado un rotundo no como respuesta, ya que la manipulación de los desechos podría causar daños en el medio ambiente.
Que vaya, no estamos hablando de escarbar un montículo de basura, se trata de miles de toneladas de basura, al grado de tener que meter excavadoras y otro tipo de equipo pesado para revolver, separar y mover todo.
Incluso llegó a ofrecerles a las autoridades el 25% de sus bitcoins como una recompensa si le ayudaban a llegar a su disco duro, pero su petición fue nuevamente negada, argumentando que para estas fechas, el aparato debe estar como a 15 metros de profundidad, y con toneladas de peso encima de pura basura.
Si hipotéticamente el ayuntamiento hubiera accedido, eso significaría gastar millones de euros para movilizar todo lo necesario para realizar la búsqueda, sin mencionar que tendrían que trasladar material altamente contaminante hasta otros puntos donde posiblemente contamine más.
Eso no es todo, el ayuntamiento también tiene sus límites, no puede pasar por encima de la ley que estipula que únicamente tiene autoridad para almacenar la basura en los vertederos, no de removerla y realizar otro tipo de acciones, así que estaban con las manos atadas al respecto.
Howells no se rinde y contrata a expertos de la NASA para dar con el disco duro
El valor de las criptodivisas que el disco duro de Howells contiene aumenta día con día, razón suficiente para apostar por medidas más extremas, contratar a expertos de la NASA.
Y antes de pensar que el angustiado Howells ha perdido la razón contratando personas que envían a astronautas al espacio y no hurgar entre la basura, de hecho su plan fue contratar a aquellos que trabajaron en el rescate de datos luego del terrible accidente del Columbia.
Ese terrible accidente donde la nave espacial estalló en llamas en el cielo con toda la tripulación adentro, abrió un camino para expertos capaces de averiguar cómo ocurrieron los hechos desde los escombros.
Eso no es todo, no iba a permitir que razones medioambientales se interpusieran en su camino, por eso también se hizo de un equipo de ingenieros y ecologistas para poder crear el mejor plan de búsqueda de bajos costes para el ayuntamiento, con el menor impacto ambiental y con el menor de los riesgos.
Estos resultados pretende presentarlos nuevamente al ayuntamiento para persuadirlos, sin embargo, el ayuntamiento sigue firme en que lo más seguro es que es imposible encontrar el tesoro perdido, así que incluso si toda la inversión saliera del mismo bolsillo de Howells, la respuesta seguiría siendo no.
Aun así el plan sigue adelante, contando ya con un fondo de inversión para pagar todos los gastos de la búsqueda, estableciendo un tiempo determinado de búsqueda entre 9 y 12 meses, delimitando el área a 200 m2 y 15 metros de profundidad, que según los expertos aseguran que se encuentra.
Mientras la lucha sigue en proceso, no se puede evitar pensar en qué sucederá si logra encontrarlo. Pues cabe la posibilidad que el aparato esté totalmente destruido, tal vez con partes rotas y dobladas, corroído en su interior por toda la humedad y sustancias corrosivas y químicas. Sin duda, una historia del que todos queremos saber cómo concluirá.